Políticas de guerra y de shock
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- Por: OPINIONSURSUR -
Artículo: Políticas de guerra y de shock
Estamos en tiempos de guerra, luchando con un fantasma denominado Coronavirus. Esto ha causado una conmoción a nivel mundial y para enfrentarlo se necesita utilizar políticas de shock. La doctrina del shock fue creada hace décadas por economistas en momentos en que el mundo tuvo grandes crisis financieras. No soy experto en virus, pero sí tengo conocimiento de las políticas de shock, las cuales fueron las que apliqué al país en 1985 frente a la grave crisis política y económica que tuvimos.
Gracias a esas medidas la economía fue estabilizada y el país celebró sus elecciones presidenciales. Actualmente vivo en Europa y desde el inicio de este virus en China, me di cuenta de la gravedad de esto. En el inicio de su propagación, los países de Asia rápidamente tomaron medidas y Europa permaneció inactiva. Eran espectadores de lo que sucedía en el este asiático.
Los países inicialmente más afectados por el virus fueron China, Singapur y Corea quienes actuaron con decisión, hicieron pruebas masivas a sus ciudadanos para determinar quién estaba contaminado, cerraron fronteras y gradualmente controlaron la propagación del virus. Sin embargo, no se detuvieron en esa primera fase, construyeron hospitales, crearon las condiciones apropiadas para dar tratamiento médico a los contagiados y tomaron medidas de carácter social. En Europa sucedió lo contrario, su liderazgo no actuó con prontitud ni tampoco tomaron medidas fuertes. El virus se propagó y existen ya unas 266,000 personas infectadas y 16,000 que han fallecido. Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos nada hizo en los meses de enero y febrero, no fue sino hasta el mes de marzo que su presidente decidió declarar a la nación en estado de emergencia, y ya tienen 82,000 infectados mayor a lo que tuvo China.
Lo sucedido en cada país y los resultados que estos han obtenido, está directamente relacionado con la rapidez con la cual se ha actuado y de la profundidad de las medidas. En materia de aceptación y cumplimiento de las acciones adoptadas, se ha tomado en cuenta las características de sus sociedades y el tipo de sistema político que poseen. Un ejemplo de esto ha sido Italia. Los italianos son individualistas y no son creyentes de sus gobiernos, a pesar de ser una de las siete potencias a nivel mundial y parte del G-7, tienen un deficiente y mal equipado sistema de salud con solo 1,800 camas de cuidado intensivo para una población de 16 millones en las regiones de Lombardía y Véneto. En esta crisis el sistema de salud italiano colapsó. Esto llegó a un punto en que la falta de respiradores dio lugar a que los médicos tuvieran que decidir a quién se lo quitaban para dárselo a otro con mayor probabilidad de sobrevivir. Es decir, la crisis los forzó a tomar la horrorosa decisión de quien vive y quien muere. Italia no tuvo estrategia al inicio y mucho menos la tienen para poder salir de esta crisis. Los resultados lo dicen todo, 81,000 infectados y 8,200 muertos. Fue ya al final y cuando era muy tarde que adoptaron un conjunto de medidas para contener su propagación.
La República Dominicana el 14 de marzo anunció un conjunto de medidas con la finalidad de detener el avance del virus. En ese momento ya se tenían una decena de casos confirmados. Me hubiese gustado que esa iniciativa se tomase desde el primero de marzo, cuando apareció el primer caso. Pero, quizás el factor político de las elecciones municipales incidió en esa decisión. Aun así, el paquete de medidas de los dominicanos fue bien diseñado y bastante completo. En este se incluyeron, entre otras acciones, la de cerrar las fronteras, prohibir vuelos desde Europa y otros países, impedir los actos masivos, luego se decretó el toque de queda y se tomaron acciones para mantener el equilibrio social en los sectores de menor ingreso.
Actualmente, la de aislar a la región que ha sido más afectada por el virus.
Un aspecto crucial es que tenemos que hacer mas pruebas. En Corea del Sur las hicieron masivas y los que daban positivo eran internados. Además, se hacían rastreos de aquellos que tuvieron contacto y a estos los aislaban. La población, la oposición política y las fuerzas productivas asumieron sus deberes ciudadanos y han dado su visto bueno a las medidas del gobierno.
Todas esas acciones buscan contener la propagación del virus y dar señales de confianza a la población de que el gobierno está haciendo todo lo que puede para proteger a todos los dominicanos. La realidad es que ha sido un paquete completo y muchas de esas medidas son las que denomino de guerra, debemos pues continuar mejorándolas y haciendo una buena ejecución. En síntesis, esta es la fase donde se busca detener el crecimiento y nivelar la curva para mantenerla en un punto donde nuestro servicio de salud pueda responder con los medios que tiene y que por tanto no colapse. Es en este momento que se debe entrar en una fase diferente. Esta es la del tratamiento a los enfermos. En esta se requieren enormes recursos humanos y materiales. Tenemos que comprar máscaras, batas protectoras, ventiladores, camas de cuidado intensivo, acondicionar locales para alojar a los enfermos y tener las enfermeras y doctores que los atiendan. Por ello, desde hace dos semanas he estado informando a mis autoridades y personas de influencia sobre las diligencias que en ese sentido he realizado. Recordemos que China utilizó la combinación de diversos medicamentos en los miles de pacientes que fueron tratados en Wuhan, uno de ellos fue el Interferon alfa 2b. Este medicamento proviene de Cuba, quien desde hace varios años llegó a ciertos acuerdos para su fabricación con los chinos. Parece ser que su aplicación, junto a dos antivirales resultaron exitosos. Tomando esto en cuenta y debido a que no hay tiempo que perder, he tratado de que nuestras autoridades contactaran a sus similares en Cuba. Esos contactos ya se iniciaron y ojalá puedan llegar a los acuerdos que nos permitan tener acceso rápidamente al Interferon alfa 2b. También ha sido utilizado en diversos países, entre ellos en China, un medicamento llamado Tocilizumeb, que parece haber sido efectivo. No podemos ponernos a esperar a que se descubra una vacuna y una medicina para este virus. Nuestra tasa actual de mortalidad es de un 4.0% que es muy alta. Eso nos dice que debemos mejorar en este aspecto. Hay que tomar decisiones, asumir riesgos y aplicar los protocolos que han sido utilizados en el este asiático.
En la obtención de esos recursos financieros debemos ser creativos y saber utilizar los instrumentos que se tienen en materia fiscal y monetaria. Estas políticas no deben estar centradas en proveer estímulos al aparato productivo, todo lo contrario, el sector empresarial debe poner sus conocimientos y ayuda al gobierno. En Estados Unidos el presidente Trump ordenó a la Empresa Hanes a que fabricara las máscaras de protección. Esa misma empresa está instalada aquí en nuestras zonas francas y ellos pudieran hacer lo mismo con las que necesitamos. En una crisis como esta se debe aplicar la misma lógica de cuando se está en guerra y diseñar políticas de shock. Estos no son tiempos de estar pensando en cómo proteger y hacer crecer la economía, eso es lo que menos importa en estos momentos. Hay que tener en cuenta que todas estas medidas tendrán un alto costo. Hay que abandonar la ortodoxia económica, si tenemos que imprimir pesos, debemos imprimir, si tenemos que crear un déficit, hagámoslo. Si tenemos que endeudarnos externamente, debemos hacerlo y si también es necesario usar las reservas internacionales que tenemos, hagámoslo. Necesitamos contar con los recursos necesarios para proteger a nuestra población, pues sin ciudadanos tampoco tendremos economía. Es en las crisis que las naciones identifican y reconocer a su liderazgo. Recordare aquella frase de Kennedy cuando dijo “No me pregunten qué puede hacer su país por ustedes. Díganme lo que ustedes pueden hacer por su nación’’.