¿El libro de papel cumplió su papel?
Por: Leonel Martínez
Quiérase o no, se está a la puerta del más trascendental momento de la historia universal de la cultura, el libro de papel cede su protagonismo de siglos al libro electrónico. Un acontecimiento de una magnitud que transformará también el acto humano de leer en una nueva experiencia del saber. El cambio es de una significación tan grande que posiblemente requebrará los sistemas educativos globales. La humanidad podría dar un salto de dimensión extraordinaria y quienes se nieguen a creerlo despertarán atónitos con un libro sin papel entre sus manos y la mirada perdida en las páginas del pasado.
La realidad contemporánea nos sorprende por lo cercano del futuro, a un punto que en el ambiente informático y de la planificación estratégica se dice, “el futuro es hoy”. Ciertamente el porvenir avanza a la velocidad del pensamiento, estrechándose cada día más el espacio entre el ahora y el mañana, pues ya lo lejano está cerca, próximo a nuestro rostro como si viviéramos una época en que la historia se escribiera antes de que los hechos terminen de acontecer.
¡Increíble! Jamás pensó Cristóbal Colón que su hazaña viajera de 71 días en altamar hoy se reduciría siglos después a horas. Nunca proyectó Víctor Hugo la idea de que su imaginaria carretera de libros de la Tierra a la Luna no iba a necesitar papel y que el invento de Gutenberg podría ser superado por algo verdaderamente fantástico.
La guerra por el futuro del libro enfrenta a las gigantes compañías Google, Amazon y Apple, el monto de sus inversiones en el libro electrónico permiten apreciar el tamaño del negocio. El desafío es una batalla sin cuartel, una competencia olímpica para llegar primero a la meta: la librería universal digital con cerca de 175 millones de libros diferentes. Un sueño realizable en el que Google invierte cientos de millones de dólares, la prueba es evidente, el emporio ya tiene digitados 10 millones de ejemplares, mientras las asociaciones de editores y de librerías a nivel mundial pegan el grito al cielo y apoderan a los tribunales para frenar los ambiciosos proyectos que parecen tenerle los años contados al libro versión papel.
Amazon es una multinacional que se ha propuesto encabezar la venta de libros digitales en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, China, Japón, Italia, Brasil y España. En todos ellos promueve su equipo para lectura de libros, un dispositivo que puede archivar aproximadamente un millar de obras, con baterías recargables de ocho horas de duración, facilitándole al usuario decenas de opciones que evitan el cansancio por las largas jornadas de lectura.
La compañía Amazon adquirió el consorcio Audible, una empresa de audiolibros. También compró a BookSurge, dedicada a los libros de baja demanda. Amazon sumó a su lista la empresa Mobipocket, la cual crea el EBooks, un aparato para la lectura de obras electrónicas. Además, ha lanzado sus propios productos como el Amazon Kindle, el cual sirve igualmente para leer libros digitales.
Por su parte Apple no se ha quedado con los brazos cruzados, lanzó al mercado el IBooks, otro lector de libros con las últimas tecnologías, que permite descargar y leer cómodamente. Incluye la tienda iBookstore, desde donde por compra se accede a los éxitos editoriales más recientes o los clásicos favoritos en cualquier momento.
Otra posibilidad que oferta Apple es explorar su biblioteca en una elegante estantería, con solo deslizar el dedo se abren las páginas del libro, sin obstáculos para marcar o subrayar los pasajes y añadir notas personales sobre el texto. El Ibook presenta elegantemente el libro escrito en 18 idiomas distintos. Además se pueden compartir las reflexiones sobre las obras con amigos a través de Facebook, Twitter, o Mail.
Muchos vaticinan que la contienda entre los grandes por el liderazgo en los mercados del libro digital apenas comienza, la artillería pesada de Google dirige sus cañones a la competencia por medio de su eBook oferta 300.000 títulos bajo derechos de autor y la posibilidad de acceder a otros tres millones de obras que están en dominio público. Google quiere hacer valer su filosofía de estándares abiertos para llegar al máximo público posible y, de paso, acabar con las actuales plataformas de Amazon, Apple con su iBookstore, ha realizado una alianza con la cadena norteamericana de librerías Barnes & Nobles.
Google permite ahora que sus libros se lean en cualquier formato y en cualquier equipo, sea un PC, portátil, móvil, tableta o lector electrónico (eReader). Bastará tener una conexión a Internet para poder tener acceso online a toda esa biblioteca. Google también deja en manos del editor fijar el precio de cada libro, "Nosotros solo vamos a ser el socio tecnológico de los editores. Ellos van a decidir el precio y todo lo demás", aclara un alto ejecutivo de Google Books.
Lo resaltable del pleito entre el libro de papel y el libro electrónico está en los beneficios para el autor, “si antes se llevaban el 10% del precio final por derechos de autor, ahora su retribución quedará en torno al 20% o 25% del precio neto final en el mundo digital”. Pero los más aventajados de este litigio son los lectores que verán el precio bajar en 30%, como consecuencia del ahorro en impresión y distribución.
La lucha entre lo tradicional y lo nuevo obliga a que el Diccionario de la Real Academia cambie sus definiciones de 1. Libro y 2. Edición: 1. “Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”. 2. “Producción impresa de ejemplares de un texto, una obra artística o un documento visual”.
Al momento actual ambas acepciones distan de la realidad y no se corresponden con la verdad. El libro ha transformado su existencia y su formato desde “La epopeya de Gilgamesh”, la primera obra literaria descubierta en tablillas de arcilla hace tres mil quinientos años, pasando luego al rollo de papiro, hasta llegar al papel. Ahora el libro emprende un trayecto diferente, empujado por la tecnología se labra un rumbo indetenible hacia los espacios virtuales.
La nueva ruta del libro cambiará también la forma y la manera de leer, una aventura que no será solitaria, las redes sociales compartirán igualmente los libros, que serán leídos en grupos, dejando en el recuerdo al lector individual, para así abrirle paso a millares de ojos posicionados sobre el texto electrónico, como si contemplaran una partida de béisbol de serie final.
Los lectores del futuro harán interactiva su labor, tal y como acontece en los estadios de juego. ¿Quién ganará, el equipo del libro de papel o los gigantes del libro electrónico? Lo ignoro, pero las apuestas inclinan de un solo lado uno de los platillos de la balanza “electrónica”.